Abro este espacio para compartir impresiones y notas personales sobre mis lecturas, así como algunas ideas sobre narrativa. Casi todo lo que iré publicando son apuntes que tomo o tomé para mi uso particular, pero que quizás también le sean útiles o interesantes a otros (en todo caso, su publicación en este medio no hará daño a quienes no los necesitan). No sé cómo serán recibidas estas anotaciones, pero me queda claro que sería imposible valorarlas si las mantuviera aisladas para siempre en la oscuridad de mi computadora. La posteridad no es un buen cajón para guardar las cosas, porque cuando se pueda sacarlas de ahí, seremos nosotros los que estaremos en un cajón… Mejor ponerlas aquí, a la vista del presente.
Pretendo que El pez volador se eleve y se zambulla en distintas cuestiones relacionadas con la lectura y el arte narrativo, aunque no será un espacio de crítica literaria ni funcionará como un “taller literario a distancia”, toda vez que no soy crítico ni coordinador de talleres. Respecto del oficio del escritor, creo en el aprendizaje individual y en soledad: leer enseña a escribir, y no dejar de hacerlo enseña a escribir mejor cada vez. Leer y escribir: las dos cosas se hacen a solas. A modo de credo o presentación, hago mías estas palabras de John Cheever (tomadas del prólogo de sus Relatos):
Al escritor podemos verlo aprendiendo torpemente a caminar, a hacerse el nudo de la corbata, a hacer el amor, y a comer los guisantes con tenedor. Se presenta más bien solo y determinado a instruirse por su cuenta. Ingenuo, provinciano en mi caso, a veces obtuso y casi siempre torpe, incluso una cuidada selección de sus primeros trabajos será siempre la historia desnuda de su lucha por recibir una educación en economía y en amor.
Respecto de la lectura de algunos clásicos universales —el Quijote, la Divina Comedia o la Ilíada, entre otros— he decidido no dejarme intimidar por la impresión de que sobre ellos está todo dicho, ni por el hecho de saber que hay estudiosos que le han dedicado a estas obras la vida entera, en primer lugar porque nunca se sabe qué nuevas conexiones se pueden hacer entre los textos antiguos y el presente, y en segundo lugar porque al escribir aquí no pienso solamente en los entendidos en literatura: creo que, si no ellos, otros pueden sacarle provecho a los apuntes de este blog, y eso ya es suficiente motivación. También iré publicando notas referentes a la obra de autores contemporáneos, no con afán de crítico especializado, sino de lector que disfruta de lo que lee y luego quiere pensar y conversar un rato sobre eso.
Un diario de lectura con apuntes sobre narrativa: eso, espero, será El pez volador. Al compartir estos artículos estoy dispuesto a equivocarme y aprender.
Bienvenidos los que leen.
Martín Cristal
Mi estimado Martín, si algo extraño son las pláticas literarias que solíamos intercambiar. Me parece muy buena idea y ¡a zabullirse!
que maravilla tener un espacio de encuentro como este….sabes que admiro tu trabajo, y porque no decirlo, tu sensibilidad y manera de interpretar la realidad…me verás por aquí seguro.
desde holanda.
un beso
Te mando un gran abrazo Martín, voy a estar por aqui leyendo siempre.
Saludos!
Está muy chido tu blog, querido Martín.
Un abrazo.
Totó.
Octavio, Martha, Morgan, Totó: gracias a todos por la buena onda en este arranque.
Excelente blog, felicitaciones y suerte con el vuelo.
Aquí estaré leyendo. Besos
Muy bueno este espacio, Martín.
Estoy leyendo tus posts despacio, disfrutando y siguiendo los derroteros que cada uno suguiere (al menos lo estoy intentando, es muy grande tu jardín con senderos que se bifurcan).
En cualquier momento sigo con los comentarios, tal vez menos vagos, seguramente incompletos…
Saludos
Ángel, demoro en contestarte porque andaba de vacaciones. Gracias por la lectura y pasá cuando quieras. Saludos.
se me cayó la baba mal.
leer el fragmento de Cheever me emocionó y pasé a degustar este blog.
Me encantó.
besos
M
María: Cheever y yo agradecemos tu baba y tu lectura. Gracias por la degustación. Saludos.
Pingback: Sumario #1 | El pez volador
Pingback: 10 años de El pez volador – El pez volador