Todo está iluminado, de Jonathan Safran Foer

Por Martín Cristal

La hermosa vida que podemos falsificar

Jonathan Safran Foer (EE.UU., 1977) publicó su novela-debut Todo está iluminado a los veinticinco años de edad. Pronto llegó al cine vestida con bellos paisajes y hermosa música, aunque su adaptación es fiel sólo a un cuarto de lo que ocurre en el libro: ignora olímpicamente una rica mitad y —lo peor— tergiversa el cuarto restante en aras de una síntesis que altera descaradamente el final y deja importantes cabos sueltos.

El protagonista de la novela se llama igual: Jonathan Safran Foer. Es un judío neoyorquino que viaja a Ucrania para indagar sobre sus orígenes. Allá se le unirán Alex, un atolondrado intérprete que no sabe más inglés que el que aprendió en la secundaria; el abuelo de Alex, que dice ser ciego, aunque se hará cargo del volante; y una perra loca llamada Sammy Davis Junior Junior. El lector comparte con ellos el viaje y sus terribles consecuencias mediante tres líneas narrativas hábilmente entrelazadas:

Primera: la excursión según Alex, quien se anima a novelarla en un inglés tachonado de fallas semánticas y pifias de matiz en los sinónimos, errores típicos de quien ha aprendido un idioma sin practicarlo nunca. (El título de la novela, por ejemplo, es la manera en que Alex expresaría que “todo está aclarado”). Este trabajo del autor produce un efecto humorístico que en castellano sólo he encontrado en algunos relatos de Hebe Uhart. Así, Todo está iluminado puede leerse como una novela de lenguaje, que seguramente supuso un gran desafío para su traductor, Toni Hill.

Segunda: la novela de Jonathan sobre la genealogía de los Safran Foer, que arranca doscientos años y ocho generaciones más atrás. Soslayada en la película, su tragicomedia mezcla la inventiva del realismo mágico de García Márquez con la tierna ingenuidad y el humor absurdo de muchos relatos folklóricos judíos (como los de la aldea de Chelm, de Bashevis Singer).

Tercera: Las cartas de Alex a Jonathan, escritas tiempo después del viaje. En ellas, Alex comenta la novela de Jonathan (la cual, como nosotros, lee “por porciones”) y a su vez deja ver que recibe devoluciones del neoyorquino acerca de la novela que él mismo le remite en su inglés maltrecho. Estas cartas permiten comprender las secuelas del viaje en Alex y su propia familia.

Como en otras travesías para investigar sobre el pasado (hay otras a Ucrania en obras de Aleksandar Hemon y Margo Glantz), el tema crucial en Todo está iluminado es la memoria, esa sustancia equívoca que sin embargo sabe adherirse bien a los objetos. También importan el amor, a veces más enamorado de sí mismo que de los amantes, el choque cultural, el perdón, y la mitología de todo linaje: siempre puro relato, construido con recuerdos admitidos y tozudas negaciones.

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Todo está iluminado, de Jonathan Safran Foer. Novela. De Bolsillo, 2002. 352 páginas. Recomendamos este libro en «Ciudad X», La Voz (Córdoba, agosto de 2012).

7 pensamientos en “Todo está iluminado, de Jonathan Safran Foer

  1. Coincido en la apreciación de la novela pero no sobre la adaptación cinematográfica. Es cierto que toda la historia de Tachimbrot desaparece (de todas maneras no se me ocurre como podría traducirse toda las historia del pueblo, tendrías que hacer una serie de cinco capítulos por lo menos) y que el papel del abuelo es completamente diferente, pero por lo menos mi sensación fue que tanto el asunto de la memoria, el lenguaje y los objetos estaba bien resuelto.
    Siempre vamos a encontrar el mismo problema con las adaptaciones. Recordemos los volantazos que pegaba la versión del Nombre de la Rosa (que con todo llegaba a ser un thriller decente) o la adaptación de Soldados de Salamina, donde de entrada pusieron a Ariadna Gil a representar a Javier Cercas (está más buena pero el cambio de género del personaje alteraba bastante el relato).

  2. Ale: ¿Con qué «no coincidís»? Yo no digo que es una «mala peli», lo que digo en la reseña es que la peli «no es fiel» a la historia contada en la novela (dando por supuesto que no hay relación directa tipo «a mayor fidelidad en una adaptación, mejor calidad de una peli» A veces la excesiva fidelidad juega en contra de una peli).

    Por supuesto, no se me escapa que sería imposible de adaptar la historia de Trachimbrod en la extensión comercial de una peli normal; pero eso no quita que sea un hecho constatable en este caso. Aquí yo estoy reseñando un libro que salió hace un buen rato, y puede haber gente que ya vio la peli; a esos lectores tengo que decirles «»hay mucho más en el libro», esto sin caer en el lugar común «el libro es mejor que la peli», asunto que no me interesa.

    Y ojo: Respecto del abuelo, ahí sí, es una falla grosera de la película: incluso el narrador Alex en la peli directamente se ve forzado a decir «no tengo ni idea de por qué mi abuelo puede haber hecho eso» (matarse). Te lo hacen pasar por un indefinido trauma de guerra, misterioso, inexplicado. Y eso es porque el abuelo de la peli no puede dar una buena razón para el suicidio, en comparación al del libro cuyas culpas quedan perfectamente esclarecidas para el lector, y son terribles, tanto que uno no se explica que el viejo no se haya matado antes, casi. Esto sí me parece imperdonable, una traición al espíritu original de la historia, y un grueso error en la película en lo referido a las motivaciones de un personaje central.

  3. Sammy Davis Junior Junior the seeing eye bitch.

    Me pergunto como las cartas y narrativa de Alex fueron traducidas para el español.

    Ver a la pelicula subtitulada és de cierta forma como conferir una traduccíon en real-time. As veces buena, as veces mala, pero no impossible.

    Si mi español sueña como el inglés de Alex, perdon!

  4. Victor: Sí, es cierto, la traducción de un libro como éste es todo un desafío. Sin haber visto el original, intuyo que el traductor lo hizo bastante bien, aunque a su trabajo se suma otro tema: él traduce a un español de España, y a los lectores latinoamericanos eso nos agrega una capa más de enrarecimiento en nuestra aproximación al texto…

  5. Tenés razón. Yo interpreté en una lectura a los ponchazos que el comentario apunta a la calidad de la película como obra en sí. Y es cierto que la fidelidad al texto no garantiza la calidad.
    Ahora, sobre porque el abuelo es transformado, creo que tiene que ver con decisiones del director respecto de lo que es aceptable o no en términos del registro cinematográfico elegido. Esto por supuesto es hipotético y no me voy a poner en abogado de Liev Schreiber como director (sobre todo porque nunca me invitó un asado ni nada por el estilo). Se me ocurre que tratar de mantener el tono elegido sería imposible si el comportamiento durante la guerra fuera el que el relata el libro. En realidad siempre que se comenta alguna película u obra sobre el tema aparece la discusión de si es posible ser fiel a la realidad y me acuerdo de la posición (a mi entender discutible) de Claude Lanzmann que sostiene que sobre el exterminio es imposible ficcionalizar.

  6. Ale, puede que sea una cuestión de conservar un tono o un registro… pero creo más bien que se trata de que esa cuestión del abuelo hubiera estirado la película, y por eso también la alteraron. Sólo que al hacer esto modifican la historia completa: además de no reemplazar unas motivaciones por otras que al menos sean igual de fuertes o valederas, a partir de esa modificación el cierre de la historia ya no puede ser el mismo, ¡los antecedentes secretos de los personajes ya no son los mismos!, las consecuencias posteriores al the end ya no son las mismas… y todo esto hace que uno se pregunte para qué se elige adaptar una historia así, si luego se la va a modificar en algo tan esencial. ¿Elegir una historia porque te gusta lo que cuenta y terminar contando otra cosa? ¿Por qué adaptar, entonces, porque no narrar una historia desde cero, contando eso que querés transmitir? Los motivos que primero vienen a la mente son, por supuesto, comerciales.

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