El viernes 9/11 presentamos Las ostras en la 8va Feria del Libro de Río Cuarto
(conjuntamente con Boyando, la nouvelle de Alberto Rodríguez Maiztegui).
Agradezco a Diego Vigna por la atenta lectura que hizo del libro
y por la claridad de sus conceptos al momento de presentarlo.
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Las ostras se ocupa de una de las cuestiones irresolubles, de uno de los combates fundamentales: la soledad. Las ostras puede justificar su existencia sólo con el inventario de escenas excelentes que despliega en cada recorte del tiempo, en espacios precisos; escenas que bastan para que el libro exista (a diferencia de otros libros que ni dándolos vuelta o golpeándolos contra una pared rugosa despiden alguna razón para justificar el uso de la pasta de celulosa). Pero esas escenas son excelentes porque tienen un cimiento de carne, densísimo, en el que los protagonistas sufren pero también buscan la soledad. Frente a la muerte de un cercano, eligen la soledad; frente a la posibilidad de permanecer a la intemperie, eligen el cobijo de la soledad; insertos en el núcleo frustrado de una pareja, eligen la soledad. Personas que hasta contemplan la soledad a partir de los objetos de los otros.Según cómo las voces van detallando cada recorte del mundo, el yo-lector se vuelve testigo de las múltiples formas de aislarse, de relacionarse y de autodestruirse que existen. Todos los pasajes del día y medio en que transcurre la historia conforman un inventario de acciones y maniobras que cada persona ejecuta para soportar y a su vez bruñir su soledad.
Esto suena complejo pensando en la factura del texto, y es así: la forma en que está escrita la novela es tan importante como el derrotero coral de sus protagonistas.
pongo las palabras claves ·blog de literatura» y asisto orgulloso a que entre los primeros este el autor de una novela que ya tengo en mi estantería, «las ostras», reconozco que aun no la lei por los examenes finales, pero es la siguiente en mi lista.
desde Córdoba a mi coterráneo, salud!
¡Gracias, Victor! Pero ojo, que Google ordena los resultados de sus búsquedas de forma distinta según la ubicación geográfica de quién busca, eh… Si gugleás desde Barcelona o desde Pekín, por ejemplo, el resultado no será el mismo.
Al respecto hay un libro de Bárbara Cassin, Google-moi: la deuxième mission de l’Amérique (Googléame: la segunda misión de Estados Unidos; FCE-Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2008, 159 páginas). Aquí una entrevista a la autora, muy interesante: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-95037-2007-11-22.html
¡Saludos!
ja es bueno saber eso, igual no quita el entusiasmo, gracias por la recomendación! saludos
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