Cómo se hizo La guerra de los zombis, de Aleksandar Hemon

Por Martín Cristal

Buscarás algo digno de contar… o contarás una de zombis

aleksandar-hemon-como-se-hizo-la-guerra-de-los-zombisDespués de novelas como El hombre de ninguna parte y la imprescindible El proyecto Lázaro, Aleksandar Hemon (Sarajevo, 1964) incursiona en la comedia con Cómo se hizo La guerra de los zombis.

Primera decepción del lector (en especial si es fan de The Walking Dead): éste no es un libro sobre zombis. Aquí el único apocalipsis es el del tardío paso a la adultez de Joshua Levin, un treintañero que se eterniza en Chicago dando clases de inglés, mientras asiste a un patético taller de guión con otros amateurs tan aparatosos como él. Entre sus muchas ideas truncas, apenas logra desarrollar una: “La guerra de los zombis”, un guión plagado de clichés que él aspira vender a algún productor de Hollywood.

Hemos visto cientos de making of de películas, pero ¿en qué consistiría el making of de un guión? Sería todo lo que ocurre en la vida del guionista mientras lo escribe. El problema es que la apacible existencia de Joshua Levin no ha sido tocada por la más mínima tragedia y él no parece tener nada personal que contar.

Sin experiencia propia de la cual destilar temas o anécdotas, Joshua fuerza su cerebro a imaginar una historia dentro de un subgénero de reglas hiperbásicas a las que, sin embargo, tampoco logra aportarles un enfoque nuevo. Para colmo, estamos en 2002 y acaba de estrenarse 28 días después, aquella película —con guión de Alex Garland— que relanzaría la moda de los zombis en el siglo 21.

Completan el círculo social de Joshua sus alumnos de inglés, inmigrantes de Europa Oriental que le enrostran sus duras vidas (precisamente la tragedia que a Levin le falta); una familia judía típica, tan agobiante como woodyallenesca; un casero desquiciado, veterano de la Guerra del Golfo; y dos chicas hermosas, prospectos de pareja que, además de sexo, proporcionan indecisiones y conflicto dramático.

Aleksandar Hemon. Foto de Velibor Vožobić

Segunda decepción del lector (en especial si ya era fan de Aleksandar Hemon): este libro no se parece mucho a los anteriores del bosnio. Okey, no deberíamos decir “decepción”, sino sólo “sorpresa”. Es cierto que el humor ya estaba presente en otras obras de Hemon; incluso había chistes en El proyecto Lázaro, aun cuando su atmósfera general era más grave. Aquí Hemon también intercala un par de chistes (buenos), pero en camino a extender ese humor a la narración completa, prodigando situaciones absurdas y enredos que hacen pensar en una comedia con Jason Schwartzman y Zach Galifianakis.

Con lenguaje suelto y coloquial —excepto cuando se parodia el tono dramático de la Torá, o el reflexivo-sentencioso de Baruj Spinoza (a quien Levin admira)—, Hemon amplía su exploración sobre qué implica ser extranjero, especialmente en los Estados Unidos post 11-S. Esta vez lo hace tocando otros temas, como el paso a la adultez, la búsqueda de algo personal que contar, la familia y el entorno cercano como recurso central para colmar esa búsqueda; el carácter evasivo de la literatura de género y la (dudosa) necesidad de haber sido rozado por la tragedia para así ser un mejor narrador. Y por supuesto, la amistad. Y la familia. Y el amor. Y el sexo.

Cómo se hizo La guerra de los zombis propone una lectura divertida y sin tropiezos, ideal para el verano. Una variante —accesible y ligera— para la prosa de un autor destacado dentro de la escena literaria norteamericana.

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Cómo se hizo La guerra de los zombis, de Aleksandar Hemon. Novela. Libros del Asteroide, 2016. 336 páginas. Traducción de Eduardo Jordá. Recomendamos este libro en “Número Cero”, La Voz (Córdoba, 22 de enero de 2017).