La década posteada. Blogs de escritores argentinos (2002-2012), de Diego Vigna

Por Martín Cristal

La semana pasada tuve el gusto de participar, junto a Carlos Schilling, en la presentación de La década posteada. Blogs de escritores argentinos (2002-2012). El libro condensa una investigación exhaustiva que Diego Vigna realizó durante los últimos cinco años. Integra la colección Gryga, dirigida por Marcelo Casarin y coeditada por el sello Alción y el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba.

La que sigue es una versión más completa del texto que leí en la presentación (entre los agregados incluyo una «posdata» sobre El pez volador).

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Diego-Vigna-La-decada-posteada-blogs-de-escritores-argentinos-2002-2012Como escritor, Diego Vigna no es ajeno al uso del blog: desde 2006 hasta la fecha lleva adelante el suyo, Ponte una oveja; y, durante dos años y medio, supimos compartir (con él y con Alejo Carbonell) la coordinación de un blog colectivo dedicado a la producción literaria de Córdoba: El lince miope.

En su nuevo libro, de corte académico, Vigna afirma que el blog-de-escritor como “fenómeno” —así se lo tipificó desde los medios culturales— creció “empujado en mayor medida por autores jóvenes en busca de visibilidad”, “con los ojos puestos en las redes pero sin abandonar el deseo editorial”. En nuestro país, el uso de este formato digital por escritores (emergentes y no tanto) tuvo un matiz particular, ya que se dio en simultáneo a “la reformulación del campo intelectual y literario por la crisis estructural que atravesó Argentina a fines de 2001”.

De la superposición circunstancial de esa época de oro de los blogs con los gobiernos sucesivos de Néstor y Cristina Kirchner, deviene el título del libro, paráfrasis de la famosa frase con que la Presidenta calificó a dicho período (“la década ganada”). Vigna bautiza “la década posteada” al decenio “de pruebas y ‘formas’ escriturarias que alternaron y alternan entre soportes impresos y virtuales, y que, tras la crisis de 2001, se nutrió con los clichés siempre dispuestos a ser renovados: el ‘auge de la subjetividad’ y de su inscripción en distintas formas textuales de la literatura contemporánea y de otros discursos marginales a la ficción; la ‘exaltación del yo’ fomentada por las formas de expresión digitales, las ‘formas orales’ aplicadas al universo literario, en el devenir cotidiano”.

Su trabajo toma dos interrogantes como ejes:

1. Qué publicaron y publican los escritores en sus blogs, qué relaciones se pueden encontrar entre estos autores, sus publicaciones virtuales y sus obras editadas en papel.
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2. Por qué (y para qué) los escritores que ya tienen una obra publicada en papel, y que pretenden (o se encuentran en camino de) una distinción de sus obras en el seno del mercado editorial, decidieron mantener un blog periódicamente.

Teoría, autores y blogs analizados

Tras una síntesis del marco teórico que circunscribe la tarea —basado en autores entre los que se destacan Benjamin, Barthes y, sobre todo, Bourdieu (en lo que refiere al “campo” literario y artístico, y al “juego” de legitimaciones que lo define, asunto que encuentro especialmente interesante)—, llega la necesaria delimitación de su corpus de análisis. Vigna eligió centrarse en los blogs de los siguientes autores [aquí van en orden alfabético; selecciono algún extracto del análisis que le toca a cada uno en el libro, sin agotarlo en ningún caso]:

  • AGUIRRE, Carolina:
    www.bestiaria.blogspot.com | “[Su] trabajo en Bestiaria alcanzó, además de un caudal de visitas y comentarios desmesurado, distinciones internacionales […] [que] evidenciaron un camino de consagración en un universo cultural antes desconocido […]. Un aspecto básico para consagrar un trabajo en medios digitales y en red es la visibilidad exacerbada, es decir, la masividad…”.
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  • ANDRUETTO, María Teresa:
    www.narradorasargentinas.blogspot.com | “[Su] blog fue creado con el propósito de ‘subir’ sus columnas sobre narradoras argentinas escritas para los diarios […]”. “…Se convenció de abrir un blog cuando los lectores comenzaron a escribirle para que les enviara ‘las notas que no encontraban en el enlace del diario’”.
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  • BERTI, Eduardo:
    www.eduardoberti.blogspot.com | “…Su forma de vincularse [con los lectores] es desde las obras y desde los aspectos de cada autor citado que no remiten a su intimidad sino a los aspectos subjetivos o vivenciales que influencian sus textos.” [Más sobre Berti en la posdata, al final de este post].
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  • BUDASSI, Sonia:
    www.enmediodelcampo.blogspot.com | “…Una escritura [la de su blog, no la de sus libros] desatenta a la prolijidad, muchas veces catártica, acercándose a la esencia íntima del ejercicio de diario […]: el desinterés por la forma como puesta en escena”. […] “Posts breves, muy fragmentarios, con una sintaxis muchas veces confusa y sin corrección, como si el valor hubiese estado en el mismo vértigo del ejercicio. Anotaciones sobre su intimidad y su trabajo, en aquellos años como redactora del suplemento Cultura del diario Perfil”.
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  • CASCIARI, Hernán:
    www.orsai.es | www.editorialorsai.com/blog | “…el intenso recorrido de Hernán Casciari […] merecería un análisis aparte. […] Hoy Orsai es muchísimo más que un blog […]. Todo un proyecto que en un período temporal brevísimo capitalizó casi una década de trabajo en la web, obteniendo un poder de consagración nuevo, invertido”.
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  • CHEJFEC, Sergio:
    www.parabolaanterior.wordpress.com | “…no concibió a su blog como un blog sino como una plataforma donde incluir textos fragmentarios o ensayos, reproductora de una ‘cuasi inmovilidad’. […] “Prueba y ensaya en el formato blog por su carácter ‘flotante, derivado de su inmaterialidad’, intentando ‘desestabilizar’ su dinamismo”.
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  • COELHO, Oliverio:
    www.conejillodeindias.blogspot.com | “…Durante el primer año escribió fragmentos de narraciones, introducciones a textos ajenos, recomendaciones, ensayos muy breves, semblanzas políticas, y muchos de sus contenidos remitían a los rasgos de un diario…” […] “[Más tarde] consolidó su producción crítica y periodística y [su] blog terminó por convertirse en un espacio de difusión de eventos y actividades y de réplicas de sus trabajos en este sentido”.
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  • CRISTAL, Martín:
    www.elpezvolador.wordpress.com | [Ver comentario completo al final de este post, en la posdata].
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  • GARCÍA LAO, Fernanda:
    www.fernandagarcialao.blogspot.com | “…Abrió su blog por ‘practicidad’: el origen estuvo marcado (2006) por la intención de enviar notas de libros, fotos y material relacionado con la obra propia” […]. “Ha publicado muchas imágenes y posts sobre sí misma, en contexto de exposición; en [García Lao07] se la podía ver leyendo en público, como también en [García Lao08], donde publicó fotos de la presentación de su novela Muerta de hambre, firmando ejemplares y posando”.
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  • INCARDONA, Diego:
    www.diasqueseempujanendesorden.blogspot.com | “…No sólo jugó el juego de la difuminación de toda frontera entre lo imaginado y lo vivido sino que también expuso el origen de una matriz de producción, los intereses personales y literarios que luego expandiría en sus novelas incorporando otros recursos de la ficción ‘de género’” […] “…El crecimiento narrativo, fomentado por la articulación entre las cualidades del formato y sus intereses ‘de época’ […] dieron como resultado su despegue literario”.
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  • LEVÍN, Federico:
    www.moscas.blogspot.com | “…Tensó (tensa) al máximo el concepto de diario, sin romperlo. Después de un comienzo similar a sus colegas, decidió a partir de 2007 publicar un post por año, un mismo día de noviembre, narrando distintos balances de su vida en una suerte de parte anual, indefinible bajo un rótulo”.
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  • LINK, Daniel:
    www.linkillo.blogspot.com | “…Pionero en el mantenimiento de blogs, abrió Linkillo en 2003 […]. En los dos primeros años publicó cuatro posts por mes, pero en 2005 publicó 1190 posts.” […] “coherente con su posición teórica, terminó deviniendo en un espacio inconmensurable […]”. “…Vale la pena destacar las secciones ‘Diario de un televidente’, ‘Notas sobre cine’, ‘Notas sobre arte’, ‘Libros recibidos’ y ‘Método’, donde (entre tantas otras) se almacenan sus textos en torno a la crítica de obras artísticas, a comentarios sobre figuras del espectáculo y sobre productos de la industria del entretenimiento”.
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  • MAIRAL, Pedro:
    www.elseniordeabajo.blogspot.com | www.pedromairal.blogspot.com | “…El señor de abajo estaba supuestamente administrado por tres personas, dos de las cuales eran heterónimos del autor: Adriana Battu y Miguel U.; y ofreció una bio-bibliografía más seria en el otro [blog] (Pedro Mairal).” […] “…[Mairal] rescataba de la escritura en los blogs […] una cierta ‘frescura que prescinde de la intención literaria en el peor sentido de lo literario’ […], resultado de ‘bajar las pretensiones sobre la forma y la formalidad’. Eso incluye una forma del ensayo, de la experimentación, el ‘soltar la mano’”.
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  • NEUMAN, Andrés:
    www.andresneuman.blogspot.com | “Su labor parece prescindir de toda improvisación y, a diferencia de Mairal, de cualquier atisbo de incorrección. Su presencia en el campo literario, asociada con grupos editoriales de distinto calibre, premios y publicaciones en el extranjero, es pulcra e inequívoca…”. […] “…su blog remite a la idea de un cuaderno de apuntes y reflexiones, breves, que en su encadenamiento exponen una cotidianeidad.” […] “). El blog es ‘joven’ (2010), como el de Pablo Ramos. Pero a diferencia del de Ramos, es previsible”.
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  • NIELSEN, Gustavo:
    www.milanesaconpapas.blogspot.com | www.mandarinasdulces.blogspot.com | “…Ha utilizado Milanesas con papas para publicar algunos textos contextuales sobre su narrativa, publicada parcialmente, a su vez, en Mandarina”. […] “…Mandarina lleva como subtítulo “Los cuentos de Gustavo Nielsen” y reúne casi todos sus cuentos editados y algunos fragmentos de sus novelas. Había por esos años (2005) una intención de ofrecer un medio alternativo al mercado editorial…”. “[En Milanesa…] su forma de acercarse al diseño, además de las novedades literarias, se distingue por el trabajo con dibujos, croquis y proyectos (es arquitecto)”.
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  • OYOLA, Leonardo:
    www.tigreharapiento.blogspot.com | “…A pesar de que su obra logró repercusión dentro de esa misma manada de escritores-blogueros que crearon ciclos de lecturas y otras formas de vinculación, dejó de considerar al blog como un sitio adecuado para mostrar el work in progress” […]. “Dijo: ‘para difundir el trabajo de uno hay otros medios más acordes. Somos narradores, no bloggers. Hay una diferencia. Y si el blog conformó grupos o círculos de autores son endogámicos. Igual valoro el formato como algo para darse a conocer’”.
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  • PIRO, Guillermo:
    www.wimbleblog.com.ar | Pionero al igual que Link, Piro “ha ofrecido posts deslocalizados (nacionales e internacionales) y variopintos (desde noticias literarias, culturales, humorísticas, deportivas, etcétera)…”. […] “La prosa de Piro, más allá de sus artículos y columnas, terminó ofreciéndose breve: apenas se ha limitado a presentar noticias, novedades, reflexiones de terceros. Las funciones que ha reproducido durante tantos años son, ante todo, la de replicar información de otros medios, gráficos y digitales, y también la original: replicar sus propias columnas y trabajos”. […] “Dividido por secciones, y con la totalidad del archivo dispuesto al final de la plantilla, el espacio consagró su valor como portal de cultura y como herramienta de visibilidad…”.
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  • PRON, Patricio:
    www.patriciopron.blogspot.com | www.elboomeran.com/blog/539/patricio-pron | “…Mantuvo un Dossier de artículos propios que enunció más puro de lo que realmente fue y es: en su versión ‘oficial’ de El Boomerang se restringió a publicar sólo artículos, mientras que en su espacio personal sumó sutiles recursos de la autopromoción y jugó el mismo juego de sus colegas, contradiciendo su propia crítica sobre los motivos que han llevado a la pérdida del prestigio social del escritor y del intelectual en el seno social, a manos del mercado. La tensión se explicó por los reparos nacidos de querer ocupar una posición dominante y a su vez querer prescindir del mercado; éste es un ejemplo que sin embargo deslizó una ‘autoconsciencia’, la ‘mentira’ con la que el autor define la construcción de la figura de autor que tanto trabaja.”
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  • RAMOS, Pablo:
    www.laarquitecturadelamentira.blogspot.com | “[Su] búsqueda fue una interacción con las personas que lo leen, no con las que escriben. Desde ese lugar se ubicó como un apasionado de la literatura, dejando de lado los vínculos con colegas o estrategias de difusión explícitas: el foco estaba en su trabajo literario, en sus proyectos conjuntos, y en lo que opinarían los lectores de su work in progress.” […] “En su intención se notaba la importancia de obtener respuestas por lo publicado: su blog, excediendo la idea de diario, se constituyó como una plataforma de crónicas o ‘comunicaciones a los lectores’…”.
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  • RONSINO, Hernán:
    www.silabasnegras.blogspot.com | “…cambió progresivamente […] el carácter de sus publicaciones: en los primeros dos años probó con su prosa, y luego dedicó el espacio a replicar contenidos ajenos, o propios producidos para otros medios”. […] “Ronsino dijo no haberse preocupado demasiado por desarrollar su participación en el blog, en tanto mantenimiento periódico y atento: el blog no terminó de captar su interés como formato de creación y publicación”.
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  • SUÁREZ, Patricia:
    www.discretoencanto.blogspot.com | “…es quien mejor representó el modo de transitar el camino (ida y vuelta) entre la escritura y la lectura: desde su primera intención como lectora de abrir un espacio para almacenar en forma virtual textos de terceros, hasta la consolidación posterior de estas prácticas (sobre todo durante el 2009) que, como dijo, influyen directamente en su producción”. […] “Su espacio se ha ofrecido como un baúl inmenso de retazos literarios y pictóricos”.
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  • TERRANOVA, Juan:
    www.elconejodelasuerte.blogspot.com | www.elcocinerosalvaje.blogspot.com | “…de los dos rasgos que pude reconocer en el devenir de su prosa cotidiana (la escritura aforística y el trabajo con la anécdota) el primero se ofreció con recurrencia en los últimos tres o cuatro años del blog y el segundo fue más explotado cuando […] las redes sociales no estaban tan popularizadas…” […] “…Solía publicar columnas de opinión y críticas de libros… […]. En esos contenidos Terranova consolidó una prosa crítica de valor, a partir de colocarse en el espacio del lector. A diferencia de muchos textos que ofreció como ficcionales y que muchas veces no se lograban despegar del tinte anecdótico, en esta faceta el autor se destacó por una prosa lúcida, que también solía abandonar para dedicarse a ciertas provocaciones.” […] “…Una disposición recurrente en él […]: hacerse visible mediante la búsqueda del efecto”.

Para asegurar la permanencia de algunos aspectos que ilustran lo sostenido a lo largo de todo el trabajo, Vigna lo complementa con ejemplos (capturas de pantalla en PDF) referenciados online, en el blog www.ladecadaposteada.wordpress.com.
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Síntesis final

La década posteada se estructura desde lo general (la teoría introductoria sobre Arte y Técnica; las definiciones de Autor, Campo, “lo Actual” y “lo Literario”) a lo particular (Internet —ese “mundo nunca conocido del todo”—, los blogs y los blogs-de-escritores)… aunque también resulta muy interesante leerlo —o releerlo, o recordarlo— en el sentido inverso: desde la descripción minuciosa de una veintena de blogs de escritores argentinos, se amplían y se desnudan (sobre todo ante los ojos del “lector-no-escritor”) varios mecanismos del “jueguito de los escritores”: sus luchas en el plano de lo simbólico, las estrategias con las que procuran legitimar su trabajo y visibilizarlo para alcanzar más (o a ciertos) lectores y, en algunos casos, incluso para “profesionalizar” su actividad escritural.

Sintetizando bastante lo que en el libro es prolijo y pormenorizado, se puede decir que los usos generales que Vigna encuentra entre los escritores argentinos analizados abarcan el del blog como diario “éxtimo”, antes que íntimo; o como espacio para estimular la comunicación directa con los lectores; o como cuaderno de apuntes, borradores, backstages y pruebas preliminares de escritura, al modo de los extras en un DVD o en pos de ir puliendo un estilo propio a la vista de todos; o bien como archivo, en plan de “antología personal”; o como vidriera, en tanto instrumento de prensa; o como obra en sí, cuando se construyeron como producto ficcional (en el caso de las llamadas “blogonovelas”); y también, finalmente, como revista personal o portal cultural (con recomendaciones de libros, selecciones de citas, entrevistas, etc.).

Algunos autores superpusieron varios de estos usos; otros eligieron conscientemente uno solo de ellos; y otros empezaron centrados en alguno/s de esos usos pero, con el tiempo (y con la irrupción de las redes sociales, que a los blogs “les robaron el alma” vinculante y relacional), terminaron usándolo para otra cosa, o disminuyendo la frecuencia de posteo hasta, directamente, abandonarlo.

Desde El pez volador, y respecto de cualquier corpus relacionado con “lo literario”, siempre hemos apreciado más los mapas que los rankings. Eso hace Vigna: mapear, describir el abanico de usos que una constelación de escritores argentinos le dio a este formato digital durante la década que abarcó su auge.
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Cordoba-Marcelo-Barchi
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Posdata: consideraciones sobre El pez volador

Logo-El-Pez-VoladorEn La década posteada, Vigna clasifica a El pez volador en un uso cercano al que Eduardo Berti da a su bitácora (Bertigo) —el uso símil “revista personal o portal cultural”—, si bien lo distingue de ése y otros blogs por el empleo que aquí hacemos de la infografía de temas literarios. Dice en su libro:

Eduardo Berti, como el cordobés Martín Cristal, aún dedican su blog casi en su totalidad a la literatura, aunque sus nombres no ocupan el centro de atención. Sus blogs funcionan como espacios casi “serviciales”, apuntados a satisfacer el deseo de los lectores que gustan por conocer aspectos personales y anecdóticos de los artistas, críticas de libros, contextos de producción o reflexiones filosóficas. El blog de Berti (Bertigo) intentó compartir el valor de la exposición con los lectores, naturalmente a partir del criterio del autor (también editor); Berti sostiene con dedicación el vínculo con los lectores (hasta 2013 respondía a casi todos los comentarios) y también con los escritores, aunque su forma de vincularse es desde las obras y desde los aspectos de cada autor citado que no remiten a su intimidad sino a los aspectos subjetivos o vivenciales que influencian sus textos. El caso de Cristal es distinto, pero cercano en el objetivo de fondo: dedicado a la administración prolija y minuciosa de su espacio (El pez volador), sostiene el vínculo con sus lectores a partir de la atención a cada intervención en los comentarios, y con un plan de “actualización” determinado por una regularidad admirable, entre críticas y notas de color sobre la producción literaria en general, no restringida a lo latinoamericano. […]

Por el lado de Martín Cristal, su trabajo se ha distinguido de otros autores a partir de la conjunción cuidada y pensada entre la posición del escritor como crítico literario y el juego con lo visual y el diseño del espacio multimedial. Cada uno de sus posts se ofreció y se ofrece como una verdadera pieza de diseño web, pero en un sentido intensamente cultural: las imágenes tienen tanto peso como el contenido de sus reflexiones, notas y reseñas, hasta el punto de que, en la evolución de El pez volador, ha innovado en el universo de las lecturas de autor con un subgénero antes deconocido: los gráficos y mapas críticos de recorridos de lecturas, sobre todo en torno a obras literarias extensísimas. Los gráficos han intentado ilustrar las relaciones entre conceptos y momentos de las obras, casi como en un juego propio, de inquietud estética, que busca reproducir los vericuetos del acto de lectura; los mapas solían aparecer en su espacio cuando las “dimensiones” de las obras exigían otros modos de estructurar los contenidos de la crítica. Esto puede verse en [Cristal01, 02 y 03]. [pp. 153-154]

Presentación: La década posteada, de Diego Vigna

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Beatriz Sarlo sobre el libro:

Diego Vigna puso manos a la obra. En lugar de celebrar (o lamentar) la proliferación de escrituras digitales, decidió estudiarlas. A campo traviesa en un corpus desafiante por lo inabarcable, delimitó su territorio: los blogs de escritores, que ya llevan un tiempo en la web y que, por lo tanto, pueden ser examinados en sus variaciones y persistencias. […]

Algunos (como Juan Terranova o Daniel Link) comenzaron temprano y siguen interviniendo día a día; otros, como Sergio Chejfec, son medidos y severos. Hay blogs centrados sobre la recepción crítica de la propia obra; otros ensayan allí una escritura, que no es la de sus libros o sus notas. Algunos intentan ser plataformas de una carrera literaria en el mercado; otros se redactan según el modo rápido del digital que quiere ganarle en velocidad al periodismo, que parece más lento, después de haber sido el espejo del presente. Esta geografía de escrituras también incluye las ficciones especialmente escritas para el blog: “blogonovelas”, como las de Casciari, que lo son de manera confesa; o reciclado de ficciones que, después de un tratamiento más prolijo, pasan al formato impreso, aunque queden las huellas de su origen.

El mapa de Diego Vigna es seguro en el presente y, como los mapas de los exploradores, también irá cambiando. Se apoya en un fuerte impulso teórico, que garantiza su permanencia más allá del fluir de la web, porque sus análisis tienen la inteligencia de quien conoce la escritura antes de la escritura digital, y conoce la teoría antes de que la web fuera el último giro de esta larga historia de ficciones, inscripciones y signos.

El purgatorio de Lost

Por Martín Cristal

[Este artículo contiene spoilers de Lost. No parece necesario agregar que también los tiene del Purgatorio de la Divina comedia. Infiero que, entre otras razones, una obra se vuelve un verdadero clásico cuando gana para sí una sólida «unspoilerableness»].

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No vi la última temporada de Lost al ritmo de la TV. Hice lo mismo que en las anteriores: esperé a que terminara (sin leer nada del tema en internet) y enseguida le pedí a un amigo que me la pasase completa para verla con mi chica en dos o tres sesiones maratónicas, que es como más la disfrutamos.

De la cantidad de artículos sobre Lost que más tarde sí leí en la red, me quedo con los de Daniel Link; y, respecto del final propiamente dicho, con (sólo una parte de) lo que Ross Douthat escribió en su blog del New York Times. Es la que sigue:


«Había tres razones para ver
Lost —o para seguir viéndola, mejor dicho— a través de seis temporadas sumamente apasionantes y sumamente frustrantes. Podías verla por los personajes, bidimensionales y en cierta forma arquetípicos, pero ricos y narrables e incluso queribles […]. Podías verla por la emoción: los cliffhangers sin fin, el latigazo narrativo constante, la trama en forma de cinta de Moebius, y la forma en que la serie podía desmontar y volver a montar alegremente su arquitectura narrativa (¡flashbacks seguidos por flashforwards! ¡Flashforwards seguidos por viajes en el tiempo!) y de alguna manera seguir funcionando. Y por supuesto, podías verla por la trama «macro»: la mitología de una isla misteriosa, que ponía capas de rompecabezas sobre acertijos sobre intriga como ningún otro show televisivo desde Los expedientes X, prometiendo todo el tiempo (o aparentando prometer, al menos) que se estaba construyendo algo en dirección a un desenlace revelador.

Ayer por la noche, el final de la serie fue un gran éxito si vieron el show por la primera razón; fue interesante de forma intermitente si lo vieron por la segunda, y un crescendo de fracaso si lo vieron por la tercera.»

Hacía rato que yo había descartado la razón numero tres, o al menos la había subordinado a las otras porque, con tantos frentes abiertos, ¿qué podía darnos un final centrado sólo en eso de la «trama macro»? Apenas un puré de Lostpedia y poco más.

Mejor así: todos muertitos. Una posibilidad —la de «Lost como purgatorio»— que los fans habían señalado desde un principio, cuando la serie aún se componía sólo de «isla + flashbacks». En aquel entonces, los guionistas y el productor rechazaron enfáticamente esa teoría, aunque cabe recordar que sólo negaron que la isla fuera el purgatorio: nunca negaron que más adelante otras situaciones de los personajes pudieran devenir en una especie de purgatorio cuántico.

En fin: para los que desde un principio intuyeron que la mano venía por ahí, va la siguiente síntesis ilustrada de…

El Purgatorio de Dante
for
losties

Cantos I-II: Llegada a la playa.

Llegamos luego a la desierta playa,
que nadie ha visto navegar sus aguas,
que conserve experiencias del regreso.
(I, 130-132)

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Canto III: Antepurgatorio. Primer repecho: excomulgados que se arrepintieron.

Abominables mis pecados fueron
mas tan gran brazo tiene la bondad
infinita, que acoge a quien la implora.
(III, 121-123)

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Cantos IV-V: Antepurgatorio. Segundo repecho: tardos en arrepentirse.

…ya más de ti
no me conduelo; pero dime, ¿porqué sentado
aquí mismo estás? ¿Esperas escolta
o a la vieja costumbre has retornado?

(IV, 123-126)


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Canto V: Antepurgatorio. Tercer repecho:
muertos violentamente que perdonan a sus agresores y se arrepienten de sus pecados.

Todos muertos violentamente fuimos,
y hasta el último instante pecadores…
(V, 52-53)

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Canto VI-VII: Antepurgatorio. Cuarto repecho:
el valle de los gobernantes que descuidaron
sus deberes.

Desde esta altura mejor los actos y rostros
conoceréis vosotros de todos ellos,

que mezclados con ellos en el fondo.

Aquel que en lo alto asienta y muestra semblante
de haber sido negligente en lo que debiera…
(VII, 88-92)


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Canto VIII: Se hace de noche…

Era la hora en que quiere el deseo
enternecer el pecho al navegante,

cuando de sus amigos se despide…

(VIII, 1-3)


Cantos IX-XII: Purgatorio, primera cornisa:
los soberbios.

…y no sólo la soberbia
me dañó a mí—, que a todos mis parientes
ha arrastrado consigo a la desgracia…
(XI, 67-69)


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Cantos XIII-XIV: Segunda cornisa:
los envidiosos.

…En este giro se azota
la culpa de la envidia, sin embargo de amor
están hechas las cuerdas de la fusta.
(XIII, 37-39)

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Cantos XV-XVII: Tercera cornisa:
los iracundos.

Y he aquí que poco a poco un humo vino
hacia nosotros como la noche oscuro;
ni de él lugar había donde abrigarse.
(XV, 142-144)


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Cantos XVII-XVIII: Cuarta cornisa:
los perezosos.

Oh gente en la que el agudo fervor ahora
compensa quizá la negligencia o tardanza
que pusisteis en el bien hacer, por flaqueza

(XVIII, 106-108)


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Cantos XIX-XXI: Quinta cornisa:
los avaros…

¡Oh avaricia! ¿qué más puedes hacer,
que así te has apropiado de mi sangre
que ni te cuidas de tu propia carne?
(XX, 82-84)

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…y también los derrochadores.

Entonces advertí que por abrir demás las alas
podía irse de manos el gasto, y arrepentíme
así de éste como de los otros males.
(XXII, 43-45)

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Cantos XXII-XXIV: Sexta cornisa:
los glotones.

Toda esta gente que llorando canta,
por seguir a la gula sin medida,
santa se vuelve aquí con sed y hambre…
(XXIII, 64-66)


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Cantos XXIV-XXVII: Séptima cornisa:
los lujuriosos.

Y este modo creo que les baste
por todo el tiempo que el fuego los abrase;
que tal cura es necesaria y con tal pasto
para que la llaga del sexo se digiera.
(XXV, 136-138)


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Canto XXVII: Virgilio, el «dulce padre»,
se despide de Dante.

«El fuego temporal, el fuego eterno
has visto, hijo; y has llegado a un sitio

en que yo, por mí mismo, ya no entiendo.

Te he conducido con arte y destreza;
tu voluntad ahora es ya tu guía…»
(XVII, 127-131)

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Canto XXVIII: Paraíso terrenal. El río Leteo.
Aparece Matilda.

Cuando llegó hasta donde las hierbas
bañadas son por las ondas del bello arroyo,
de alzar sus ojos me hizo regalo.

No creo que esplendiese tanta luz
bajo las cejas de Venus…

(XXVIII, 61-65)


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Canto XXIX: Desfile alegórico: incluye
un carro que representa a la Iglesia.

Ni a Roma con un carro tan bello
alegrara el Africano, ni tampoco Augusto,
hasta el del Sol sería pobre en su presencia…

(XXIX, 115-117)


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Canto XXX: Aparece Beatriz y reta a Dante
por haberse apartado de la senda de la virtud.

Le sostuve algún tiempo con mi rostro:
mostrándole mis ojos juveniles,
junto a mí le llevaba al buen camino.
[…]

…y por errada senda volvió el paso,
siguiendo imágenes falsas de un bien,
que ninguna promesa entera cumplen
.
(XXX, 121-123; 130-132)


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Canto XXXI: Paraíso terrenal:
Dante se baña en las aguas del Leteo.

…y hundióme la cabeza con su abrazo
para que yo gustase de aquel agua.
(XXXI, 101-102)


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Canto XXXII: Paraíso terrenal.
El árbol de la Ciencia del Bien y del Mal.

Así paseando por la alta selva, vacía
por culpa de quien creyó en la serpiente…
(XXII, 31-32)


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Canto XXXIII: Dante bebe el agua del río Eunoé…

Si tuviese lector, más largo espacio
para escribir, en parte cantaría
de aquel dulce beber que nunca sacia…
(XXXIII, 136-138)


…y luego pasa al Paraíso celeste,
que es todo luz.

De aquel agua santísima volví
transformado como una planta nueva
con un nuevo follaje renovada,
puro y dispuesto a alzarme a las estrellas.
(XXXIII, 142-145)

Fin.

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PD. En un comentario que hice en 2008 en el blog Nación apache, decía que, a mi entender, uno de los aciertos iniciales de la serie (que le permitió poder abrir el juego argumental) fue no definir de entrada el género de la narración: en los primeros capítulos, Lost parece cine catástrofe; de inmediato, pasa al plano de la ciencia ficción; luego se alternan el misterio, lo sobrenatural, lo fantástico, el thriller, el policial (en muchos flashbacks)… Y, ahora vemos, también la alegoría.

En ese mismo comentario también decía que, haciendo un paralelismo entre “series de TV” y “literatura”, las interrelaciones entre los diferentes capítulos de Lost se superponen de tal modo que, si uno compara esta serie con cualquier otra que hace diez o quince años nos haya parecido buena, la diferencia entre ellas es similar a la que hay entre el cosmos cerrado y complejo del Quijote y las novelas “en episodios” individuales que existían previo a la creación de Cervantes. Recientemente, Agustín Fernández Mallo hizo una comparación parecida, aunque para demostrar otra similitud entre Lost y el Quijote, e incluyendo dos elementos más: la serie Flashforwards y el Lazarillo de Tormes.

Diez años de Vivir afuera

Por Martín Cristal

El poder, tal como se diseñó a sí mismo en la Argentina menemista —época en que transcurre la acción de Vivir afuera, novela de Fogwill publicada cuando el gobierno de Carlos Menem todavía no llegaba a su fin—, fue un poder centrífugo, excluyente, que giraba a la velocidad de los mass media, generando un espacio central que dejaba a todos los que no comulgaban con él en la periferia de aquella zona: al margen. Era un poder en forma de salvavidas: un hueco en el centro (un vacío, pero no de poder sino de moral, un vacío de sentido: el poder por el poder mismo y lo “hueco” entendido aquí también como lo superficial, lo frívolo y lo vacuo: la tilinguería menemista), rodeado de un amplio “sálvese quien pueda”, perimetral y circular. Un salvavidas que, a la larga, no salvaría a nadie.

Por esa zona periférica transitan los personajes de esta novela de Fogwill. Sobreviven afuera, en el sálvese quien pueda, y su herramienta principal es la transa. El que mejor conoce los mecanismos de la transa, más posibilidades tiene de sobrevivir. Hay que sabérselas todas, hay que calcular, prever… o perecer.

Geográficamente, esa figura del salvavidas se calca sobre el mapa de la capital argentina: la figura queda así dibujada sobre el suburbio, el anillo exterior, la periferia, todo lo que está por fuera de la avenida General Paz. El agujero es la ciudad, Buenos Aires, aunque en sus calles también sea posible encontrar marginados.

La mujer, el judío, el negro, el pobre, el drogadicto, el enfermo de sida, el viejo, el que todavía vive de las ideas de otra década, el extranjero ilegal, el homosexual, el que opera fuera de la ley, el ex convicto, el ex combatiente… Todos ellos son marginales y, a su vez, todos marginan, todos tienen de algún tercero una idea discriminatoria: ninguno está, entonces, en el centro de nada. En Vivir afuera también hay marginales para distintos estratos de la sociedad, o para una parte de la sociedad (en la novela, es el caso de Saúl respecto de la comunidad judía porteña).

La supervivencia descarnada se inclina hacia la violencia. Las drogas la potencian, pero no siempre como un fin en sí mismas: muchas veces son sólo la moneda corriente para la transa, el equivalente a la sal o las especias de antaño, circulante con el que se comercian otras cosas: transas “más grossas” que la droga misma o bien información, infidelidades.

En Vivir afuera, el punto de vista narrativo favorece la perspectiva del marginado, y no la de esos otros que viven en la parte vacía del salvavidas, a los que el marginal, despectivamente, apoda “la gilada”. Mientras que en El gusano máximo de la vida misma, novela de Alberto Laiseca, la gilada se organiza verticalmente —los seres de las alcantarillas, abajo; la gilada, arriba, en la superficie—, en la novela de Fogwill la organización se extiende en un eje “adentro-afuera”: los protagonistas de esta novela, como señala su título, viven afuera, en el mundo real. En cambio, la gilada no vive en el mundo de verdad: la gilada no tiene idea de la vida, de lo que ocurre, porque vive en un mundo que ha aceptado las reglas impuestas por el poder, un mundo inflado de convertibilidad y cuotas, ciego, clasemediero; la gilada es feliz en su manera idiota de vivir sin enterarse de nada con tal de mantener cierto nivel de confort y bienestar económico. Sin embargo, en el fondo, el marginal flaquea a veces y termina deseando lo mismo, tal como en el caso de Susi, que suspira por unas vacaciones en el paraíso costero de la clase media argentina, Mar del Plata:

 

“¡Estar con gente y con parejas en un lugar donde nadie te conozca y que nadie tenga miedo ni hable de vos y lejos de aquí!”

De paso: es raro que Fogwill —quien predica el abandono de los “encender” y los “ascender” para escribir “prender” o “subir”— haya elegido decir “lejos de aquí”, en vez de “lejos de acá” (y también que varias de las marcas comerciales que figuran en el texto estén mal escritas, lo cual es grave si se considera la predilección del autor por mencionarlas). Más allá de estos deslices, el lenguaje de Vivir afuera quiere ser fiel al registro oral de cada sector social; la jerga puede ser difícil para un lector no argentino, aunque muchas expresiones estén explicadas por el contexto o, directamente, por los personajes. Este hábil manejo de los sociolectos forma parte del procedimiento verosimilizador de Fogwill; el recurso que completa dicho procedimiento es el de la profusión de detalles técnicos: autos, motores, aviones, armas, drogas, tendencias sociales y de consumo, cuestiones médicas (y transas)… en todo se interesa el autor para explicárnoslo con minuciosidad, lo cual produce que el lector acepte esa cascada orgánica de datos como cierta, sin preocuparse de verificar si todos sus detalles son verdaderos: uno lee, entiende y cree. Fogwill no inserta esos contenidos en la novela en forma de miniensayos interpolados en la acción (como sí lo hace, por ejemplo, otro autor con “mirada sociológica”, Michel Houellebecq, en novelas como Las partículas elementales o Plataforma), sino en las voces comunes y corrientes de sus narradores, lo cual no le resta eficacia.

En el margen —consuelo— se coge como Dios manda, mientras que los de la gilada incluso llegan a creer a veces que lo que Dios manda es no coger. El sexo es un elemento siempre presente en la novela, y es por momentos perverso y salvaje, si bien como engranaje narrativo de la novela para muchos lectores quizás raye en lo gratuito y lo burdo.

El poder no ignora a los marginales; por el contrario, los observa. Los espía, los vigila y hasta los usa de vez en cuando, para luego escupirlos otra vez en el borde externo de ese espacio central que quiere sólo para sí. El lector puede comenzar a sentirse paranoico cuando arribe a las partes de la novela donde queda claro que las herramientas de control que el poder utiliza son variadas, y nunca descansan.

¿Es autorreferencial la breve mención de un escritor —cuyo nombre no se explicita— que escribe “libros sobre la marginalidad” en el piso de arriba de la librería de un tal Platygorsky (pp. 284-285)? ¿Sería Fogwill este escritor que se encontraría así con sus propios personajes? Habría que confirmarlo con el autor. En todo caso, encuentro también otras señales autorreferenciales, como por ejemplo, en los nombres de “Guillermo Wolff” (Guillermo = William = Will; y también las letras F/O/G/W/I/L/L incluidas en ese nombre), que es la voz narradora tal vez más próxima a la voz pública del autor, y del secundario “Quique Frog” (a quien se refiere como “el padre de la estrellita de la tele”: Vera, la hija de Fogwill, es actriz). Fogwill, amigo de los anagramas y las autorreferencias, ya había usado este recurso en su novela mas famosa, Los Pichiciegos, donde uno de los personajes usaba su apodo (Quique).

La novela también incluye referencias a relatos anteriores de Fogwill. Reconozco por ejemplo al personaje apodado “Pichi”, cuya inclusión establece la intertextualidad entre Vivir afuera y Los pichiciegos. Este enlace de una novela con la otra le confiere a cada una el carácter de “partes del todo”, de ese todo que vendría a ser la obra completa del autor.

En esta novela —que Fogwill terminó en 1998, aunque se distribuiría sólo un año después debido a diferencias del autor con la editorial—, Ricardo Piglia es satirizado a través de un personaje que aparece de soslayo: un escritor de apellido Millia. En cierto momento, la novela se ensaña con él. Sin embargo, en una entrevista con Daniel Link (nota que en su momento desencadenó alguna polémica), Fogwill declaró que a él le gustaría saber si Vivir afuera, pensada respecto de los años noventa, llegaría a ser comparable con lo que representa Respiración artificial de Piglia respecto de los ochenta.

Bueno: han pasado diez años. Pasaron demandas, elogios, críticas y polémicas. Creo que es hora de releer Vivir afuera para comprobar si aquel deseo se ha cumplido. Es posible que así sea.