La editorial Comunicarte publicó Carolina Cacerola, un relato para niños de mi autoría, ilustrado a todo color por el maestro Alejandro O’Kif. El libro integra la colección Bicho Bolita.
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La editorial Comunicarte publicó Carolina Cacerola, un relato para niños de mi autoría, ilustrado a todo color por el maestro Alejandro O’Kif. El libro integra la colección Bicho Bolita.
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Aquí se puede leer un fragmento
de la primera parte de mi nueva novela,
Las alegrías (Caballo Negro Editora, 2019):
La presentación será el próximo
viernes 13 de septiembre, desde las 21 hs.,
en Bastón del Moro (Chacabuco 483,
Córdoba, Argentina). Leticia Ressia dirá
unas palabras. Habrá brindis y baile.
¿Nos vemos ahí?
|La Fundación El Libro publica mi libro de cuentos La música interior de los leones tras haber ganado el III Premio Literario Fundación El Libro 2018/19. La presentación será el día domingo 28 de abril de 2019, a las 18 hs., en la sala Sarmiento de la 45ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Esta es la contratapa:
Sobre este libro dijo el jurado: “Sus relatos son mecanismos perfectamente armados que extrapolan focos puntuales de la sociedad tecnológica actual, para pensar distópicamente una cultura en descomposición, abrevando en el carácter especulativo que caracteriza a la ciencia ficción, aunque construya cuentos que no se puedan enmarcar fácilmente en ese género”.
Se trata de una verdadera propuesta (y apuesta) literaria en la que se alternan el minimalismo, el realismo sucio, la fantasía, la ficción paranoica, y donde las voces que narran cambian de relato a relato.
Martín Cristal entrega, en La música interior de los leones, un volumen para la gran biblioteca del libro de cuentos en español.
Este libro obtuvo el Primer Premio en la tercera edición del Concurso Literario Fundación El Libro 2018/19. El jurado estuvo integrado por Elsa Drucaroff, Carlos Liscano, Vicente Battista, Leopoldo Brizuela y Luis Chitarroni.
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En la Argentina, esta edición se distribuye
en librerías de todo el país.
El jueves 28 de marzo tuve la suerte de que mi libro de cuentos La música interior de los leones obtuviera el Premio Literario Fundación El Libro 2018/19, otorgado por dicha entidad (promotora de la lectura y organizadora de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires). Es la tercera edición de este premio internacional, a la cual se presentaron 200 obras.
Sobre el libro, dijo el jurado (integrado en esta oportunidad por Elsa Drucaroff, Carlos Liscano, Vicente Battista, Leopoldo Brizuela y Luis Chitarroni):
“Sus relatos son mecanismos perfectamente armados que extrapolan focos puntuales de la sociedad tecnológica actual, para pensar distópicamente una cultura en descomposición, abrevando en el carácter especulativo que caracteriza a la ciencia ficción, aunque construya cuentos que no se puedan enmarcar fácilmente en ese género. Propone una mirada nueva de la ciudad de Córdoba: hace entrar a la narrativa el relato de una urbe atravesada por el capitalismo globalizado. Pese a mantener preocupaciones e imaginarios similares, cada relato encuentra su propio lenguaje y forma: minimalismo, realismo sucio, fantasía, ficción paranoica y hasta policial se combinan en relatos que consiguen una voz y perspectiva propia cada vez que cambia el personaje narrador”.
Aquí algunos enlaces de prensa:
Ediciones de la Terraza publicó Bosque Bonsái, un pequeño libro-objeto con treinta microrrelatos de mi autoría, ilustrados por El Esperpento. Se trata de una caja de 11 x 7,5 x 2,5 cm con tapa corrediza; alberga un acordeón de 66 páginas (impresas por ambas caras en casi 2 metros de papel).
El libro-objeto puede adquirirse en el sitio de Ediciones de La Terraza y en varias librerías de Argentina. También está disponible en su integridad para su visualización online en Issuu, y en versión digital (PDF) para su descarga gratuita:
Bajar versión digital completa (gratis)
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Los textos de Bosque bonsái por Martín Cristal se distribuyen bajo una Licencia Creative Commons, Atribución – No Comercial – Sin Obra Derivada 4.0 Internacional. Las ilustraciones de Bosque bonsái por El Esperpento se distribuyen bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.
La Institución Cultural El Brocense de Cáceres, España, editó Aplauso sin fin, mi nouvelle ganadora del Premio Cáceres de Novela Corta 2017. Esta es la contratapa:
Arturo Ibarra, el protagonista de Aplauso sin fin, es un poeta olvidado que sobrevive como carpintero en un rincón de las sierras de Córdoba, Argentina. Ya en su vejez se le presenta una última oportunidad para volver a mostrar sus versos en público y ser, de nuevo, “poeta ante los otros”. Sin embargo, a cada lectura pública que ofrece, va menos y menos gente… Esa tendencia alcanza un punto que fuerza ciertos límites naturales y provoca un cataclismo, tanto en la intimidad de Ibarra como en el entramado de lo real.
De esta obra (ganadora por unanimidad del Premio Cáceres de Novela Corta 2017), la presidenta del jurado, Elvira Lindo, destacó su escritura “sencilla con toques realistas”, en un relato que, de pronto, “levanta el vuelo hacia lo fantástico”.
Con esa precisa configuración, esta novela de Martín Cristal se muestra poco a poco como una fábula breve sobre el valor de los afectos, la vanidad en el arte y las molestias de la fama.
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En la Argentina, esta edición ya se consigue en seis librerías de Córdoba Capital (El Espejo, Rubén, Volcán Azul, Quade, Librería del Palacio y Séptimo Arte Videoteca); por envíos por Correo Argentino a otros puntos del país, favor de contactarse por aquí. Interesados en conseguir el libro en España, favor de contactarse con el servicio de publicaciones y convocatorias de El Brocense.
La editorial Postales Japonesas acaba de publicar
El camino del peyote y otras crónicas de viaje.
Este es el texto de la contratapa:
En la crónica “El camino del peyote” —escrita tras una ingesta de este cactus alucinógeno en el desierto de San Luis Potosí, México—, Martín Cristal narra su llegada al lugar y, enseguida, el “viaje dentro del viaje”: los efectos, la experiencia enteogénica en sí. Se trata de una visión personal, literaria, despojada de toda apología o perspectiva mística. En las siete crónicas que amplían esta edición se exploran otros aspectos del paisaje idiosincrático mexicano (el miedo ante los terremotos; el ambiente etílico de las cantinas; las emociones contradictorias que afloran en las corridas de toros; la vigilia durante una Noche de Muertos; un trip de hongos en la selva chiapaneca), hasta completar un periplo que también abarca Guatemala y Belice. El abanico de experiencia vital que ofrece este libro interesará tanto al lector curioso como a quienes, mochila al hombro, ya planean sus propios recorridos para sembrarlos de vivencias inolvidables.
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El libro ya está disponible en el stand Baron Biza (carpa de calle Independencia) de la Feria del Libro y el Conocimiento de Córdoba 2018. Pronto estará en varias librerías de Córdoba, y más adelante también en algunas selectas de Buenos Aires y Rosario. Pedidos y consultas a postalesjaponesas@gmail.com
[…] Atraviesa cada relato el sentido familiar, la identidad en la que se debaten las personas que sólo pueden vivir la vida que determina su tiempo y lugar. Y cuando son víctimas de los desastres de la guerra, el exilio, la tragedia, los resultados son identidades fragmentadas, interrumpidas, perdidas, reconstruidas. Es la memoria que subyace en los humillados, los diezmados, los inmigrantes. Sin embargo, como expresa el texto introductorio de William Faulkner que cita Cristal, tomado del relato “Gente de antaño”: “incluso el sufrimiento y la pesadumbre son mejores que nada; no hay nada peor que no estar vivo”.
La novela da cuenta de esas formas de estar vivos, atareándose en el afán de ser parte de una línea que se resiste a borrarse, a perecer, que busca su cauce entre las desgracias y las buenas venturas donde esas personas pudieron o supieron buscar amparo.
Para enviarnos a esas imágenes de hombres y mujeres esforzándose por seguir latiendo por sí mismos, o a través de otros, Martín Cristal produce una dinámica en el que es posible seguir sin esfuerzo la alternancia de cada una de las historias, porque pone la sal de las motivaciones, de las insinuaciones, de las promesas que cada parágrafo (que representa un año, unos personajes y un escenario propio) excita en el lector. […]
El viernes 21/11/14 presentamos Mil surcos en Río Cuarto,
conjuntamente con La canción de las máquinas, de Pablo Dema.
Agradezco a los editores de Recovecos y Caballo Negro por la iniciativa,
y a Pablo por las palabras con que presentó mi novela.
[…] Las historias que se cuentan focalizan en un personaje pero son más bien, como señalé, historias de familias disgregadas y reconstituidas. Por un lado, la diáspora, el exilio, el derrotero penoso del emigrado, la pérdida de los vínculos y la identidad amenazada; por otro, la recreación de lazos familiares y la refundación de proyectos de vida en Argentina, en la ciudad de Córdoba más precisamente. […] Mil surcos nos permite entender a nosotros la vida de estos personajes y funciona a su vez como un espejo: todas nuestras historias, si nos remontamos tres o cuatro generaciones, acaban siendo historias de guerras, de hambrunas, de emigrados, de desarraigo. Leía Mil surcos y me acordaba de Sebald (de Austerlitz), leía Mil surcos y me acordaba de Teresa Andruetto (de Pavese, de Stefano, de Lengua madre), de Tununa Mercado (Yo nunca te prometí la eternidad), de Sergio Chejfec (en particular de su Lenta biografía), pero leía Mil surcos y pensaba en mis abuelos, en mis bisabuelos, se me hacía patente el vacío que hay en torno a sus años en Europa durante la primera guerra mundial, las condiciones en las que emigraron, el periplo que acabó en la pampa húmeda. […]
El martes pasado presentamos Mil surcos en Córdoba. Agradezco a todas las
personas (más de un centenar) que se acercaron al MUMU para la ocasión.
También, muy especialmente, al DJ Jerónimo Saer por su música y generosidad,
y a Adrián Savino, por su impecable presentación del libro.
[…]Esta novela asume la memoria familiar como lo que ésta, en el fondo, nunca ha dejado de ser: una ficción doméstica para consumo de abuelos, padres, hijos, primos, etc. Imprecisa, contradictoria, sesgada, y lo que es peor, en absoluto consciente de su naturaleza ficticia. En este libro, en cambio, y pese a su origen familiar, la ficción se asume sin vueltas como tal: ficción propiamente dicha, y satisfecha de serlo. Nada que ver con esos sucedáneos poco confiables a los que llamamos no ficción o memorias, esos relatos que dos por tres nos quieren vender como “lo verdadero” o “la vida real”.
El lugar desde el que Martín elige novelar la memoria familiar, es uno en el que las historias (con minúsculas) entran en turbulento contacto con la Historia (la de las mayúsculas). Pero este vínculo no responde aquí a una fórmula genérica, ni a ningún otro molde por el estilo. En Mil surcos la Historia no es un mero telón de fondo para escenas trilladas y rutinarias, sino que ambas, las historias y la Historia, aportan ambas en partes iguales con la imaginación novelística, para operar las tres juntas sin otras reglas que las que define, se impone y propone, un autor. […]
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Aquí se puede leer un adelanto
del primer capítulo de mi nueva novela,
Mil surcos (Caballo Negro Editora, 2014):
La presentación será el próximo
martes 18 de noviembre, a las 19 horas,
en en el Espacio Cultural MUMU (Museo
de las Mujeres: Rivera Indarte 55, Córdoba,
Argentina). En la mesa estará conmigo Adrián Savino. Nos vemos ahí.
En el suplemento “Ciudad X” de La Voz del Interior,
ayer le concedieron un generoso espacio a mi nueva novela,
Mil surcos, la cual se presenta el martes que viene.
José Playo escribió una nota muy completa basada en
una entrevista que tuvimos en un bar del centro:
“Dentro del plan de escritura trazado, que por las características parece blindado e inflexible, Cristal goza de la libertad más absoluta, la de la exploración de la propia historia personal. ¶ El fin ulterior es entender, entenderse y, en apariencia, poner toda la inventiva y la imaginación a transitar por un solo carril hasta la salida…” […]
Y Demian Orosz escribió una nítida reseña del libro,
enmarcándolo en el proyecto de la tetralogía:
Mil surcos se lee perfectamente como una novela autónoma (hay una continuidad argumental muy leve con Las ostras y se reencuentran algunos personajes), para lo cual colaboran sin duda los momentos de escritura tersa, perfecta. La sutileza en la descripción de algunas situaciones (la estrella amarilla y el triángulo rosa se aproximan en una escena conmovedora) y la potencia del relato cuando la novela sale de la introspección y cava surcos en la acción confirman a Cristal como un narrador sólido, dueño de sus herramientas, y que además tiene la amabilidad de no deleitarse con la propia voz y evitar los tics generacionales de tanto escritor condenado a la adolescencia perpetua. ¶ Mil surcos abre un abanico de universos habitados por seres arrastrados por algo más fuerte que ellos y sus decisiones, y va dosificando una trama de huidas, de escapes hacia algo que a duras penas, en medio de cataclismos subjetivos, puede imaginarse mejor. […]
Por Martín Cristal
La semana pasada tuve el gusto de participar, junto a Carlos Schilling, en la presentación de La década posteada. Blogs de escritores argentinos (2002-2012). El libro condensa una investigación exhaustiva que Diego Vigna realizó durante los últimos cinco años. Integra la colección Gryga, dirigida por Marcelo Casarin y coeditada por el sello Alción y el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba.
La que sigue es una versión más completa del texto que leí en la presentación (entre los agregados incluyo una «posdata» sobre El pez volador).
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Como escritor, Diego Vigna no es ajeno al uso del blog: desde 2006 hasta la fecha lleva adelante el suyo, Ponte una oveja; y, durante dos años y medio, supimos compartir (con él y con Alejo Carbonell) la coordinación de un blog colectivo dedicado a la producción literaria de Córdoba: El lince miope.
En su nuevo libro, de corte académico, Vigna afirma que el blog-de-escritor como “fenómeno” —así se lo tipificó desde los medios culturales— creció “empujado en mayor medida por autores jóvenes en busca de visibilidad”, “con los ojos puestos en las redes pero sin abandonar el deseo editorial”. En nuestro país, el uso de este formato digital por escritores (emergentes y no tanto) tuvo un matiz particular, ya que se dio en simultáneo a “la reformulación del campo intelectual y literario por la crisis estructural que atravesó Argentina a fines de 2001”.
De la superposición circunstancial de esa época de oro de los blogs con los gobiernos sucesivos de Néstor y Cristina Kirchner, deviene el título del libro, paráfrasis de la famosa frase con que la Presidenta calificó a dicho período (“la década ganada”). Vigna bautiza “la década posteada” al decenio “de pruebas y ‘formas’ escriturarias que alternaron y alternan entre soportes impresos y virtuales, y que, tras la crisis de 2001, se nutrió con los clichés siempre dispuestos a ser renovados: el ‘auge de la subjetividad’ y de su inscripción en distintas formas textuales de la literatura contemporánea y de otros discursos marginales a la ficción; la ‘exaltación del yo’ fomentada por las formas de expresión digitales, las ‘formas orales’ aplicadas al universo literario, en el devenir cotidiano”.
Su trabajo toma dos interrogantes como ejes:
1. Qué publicaron y publican los escritores en sus blogs, qué relaciones se pueden encontrar entre estos autores, sus publicaciones virtuales y sus obras editadas en papel.
|2. Por qué (y para qué) los escritores que ya tienen una obra publicada en papel, y que pretenden (o se encuentran en camino de) una distinción de sus obras en el seno del mercado editorial, decidieron mantener un blog periódicamente.
Tras una síntesis del marco teórico que circunscribe la tarea —basado en autores entre los que se destacan Benjamin, Barthes y, sobre todo, Bourdieu (en lo que refiere al “campo” literario y artístico, y al “juego” de legitimaciones que lo define, asunto que encuentro especialmente interesante)—, llega la necesaria delimitación de su corpus de análisis. Vigna eligió centrarse en los blogs de los siguientes autores [aquí van en orden alfabético; selecciono algún extracto del análisis que le toca a cada uno en el libro, sin agotarlo en ningún caso]:
Para asegurar la permanencia de algunos aspectos que ilustran lo sostenido a lo largo de todo el trabajo, Vigna lo complementa con ejemplos (capturas de pantalla en PDF) referenciados online, en el blog www.ladecadaposteada.wordpress.com.
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La década posteada se estructura desde lo general (la teoría introductoria sobre Arte y Técnica; las definiciones de Autor, Campo, “lo Actual” y “lo Literario”) a lo particular (Internet —ese “mundo nunca conocido del todo”—, los blogs y los blogs-de-escritores)… aunque también resulta muy interesante leerlo —o releerlo, o recordarlo— en el sentido inverso: desde la descripción minuciosa de una veintena de blogs de escritores argentinos, se amplían y se desnudan (sobre todo ante los ojos del “lector-no-escritor”) varios mecanismos del “jueguito de los escritores”: sus luchas en el plano de lo simbólico, las estrategias con las que procuran legitimar su trabajo y visibilizarlo para alcanzar más (o a ciertos) lectores y, en algunos casos, incluso para “profesionalizar” su actividad escritural.
Sintetizando bastante lo que en el libro es prolijo y pormenorizado, se puede decir que los usos generales que Vigna encuentra entre los escritores argentinos analizados abarcan el del blog como diario “éxtimo”, antes que íntimo; o como espacio para estimular la comunicación directa con los lectores; o como cuaderno de apuntes, borradores, backstages y pruebas preliminares de escritura, al modo de los extras en un DVD o en pos de ir puliendo un estilo propio a la vista de todos; o bien como archivo, en plan de “antología personal”; o como vidriera, en tanto instrumento de prensa; o como obra en sí, cuando se construyeron como producto ficcional (en el caso de las llamadas “blogonovelas”); y también, finalmente, como revista personal o portal cultural (con recomendaciones de libros, selecciones de citas, entrevistas, etc.).
Algunos autores superpusieron varios de estos usos; otros eligieron conscientemente uno solo de ellos; y otros empezaron centrados en alguno/s de esos usos pero, con el tiempo (y con la irrupción de las redes sociales, que a los blogs “les robaron el alma” vinculante y relacional), terminaron usándolo para otra cosa, o disminuyendo la frecuencia de posteo hasta, directamente, abandonarlo.
Desde El pez volador, y respecto de cualquier corpus relacionado con “lo literario”, siempre hemos apreciado más los mapas que los rankings. Eso hace Vigna: mapear, describir el abanico de usos que una constelación de escritores argentinos le dio a este formato digital durante la década que abarcó su auge.
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En La década posteada, Vigna clasifica a El pez volador en un uso cercano al que Eduardo Berti da a su bitácora (Bertigo) —el uso símil “revista personal o portal cultural”—, si bien lo distingue de ése y otros blogs por el empleo que aquí hacemos de la infografía de temas literarios. Dice en su libro:
Eduardo Berti, como el cordobés Martín Cristal, aún dedican su blog casi en su totalidad a la literatura, aunque sus nombres no ocupan el centro de atención. Sus blogs funcionan como espacios casi “serviciales”, apuntados a satisfacer el deseo de los lectores que gustan por conocer aspectos personales y anecdóticos de los artistas, críticas de libros, contextos de producción o reflexiones filosóficas. El blog de Berti (Bertigo) intentó compartir el valor de la exposición con los lectores, naturalmente a partir del criterio del autor (también editor); Berti sostiene con dedicación el vínculo con los lectores (hasta 2013 respondía a casi todos los comentarios) y también con los escritores, aunque su forma de vincularse es desde las obras y desde los aspectos de cada autor citado que no remiten a su intimidad sino a los aspectos subjetivos o vivenciales que influencian sus textos. El caso de Cristal es distinto, pero cercano en el objetivo de fondo: dedicado a la administración prolija y minuciosa de su espacio (El pez volador), sostiene el vínculo con sus lectores a partir de la atención a cada intervención en los comentarios, y con un plan de “actualización” determinado por una regularidad admirable, entre críticas y notas de color sobre la producción literaria en general, no restringida a lo latinoamericano. […]
Por el lado de Martín Cristal, su trabajo se ha distinguido de otros autores a partir de la conjunción cuidada y pensada entre la posición del escritor como crítico literario y el juego con lo visual y el diseño del espacio multimedial. Cada uno de sus posts se ofreció y se ofrece como una verdadera pieza de diseño web, pero en un sentido intensamente cultural: las imágenes tienen tanto peso como el contenido de sus reflexiones, notas y reseñas, hasta el punto de que, en la evolución de El pez volador, ha innovado en el universo de las lecturas de autor con un subgénero antes deconocido: los gráficos y mapas críticos de recorridos de lecturas, sobre todo en torno a obras literarias extensísimas. Los gráficos han intentado ilustrar las relaciones entre conceptos y momentos de las obras, casi como en un juego propio, de inquietud estética, que busca reproducir los vericuetos del acto de lectura; los mapas solían aparecer en su espacio cuando las “dimensiones” de las obras exigían otros modos de estructurar los contenidos de la crítica. Esto puede verse en [Cristal01, 02 y 03]. [pp. 153-154]
Diego Vigna puso manos a la obra. En lugar de celebrar (o lamentar) la proliferación de escrituras digitales, decidió estudiarlas. A campo traviesa en un corpus desafiante por lo inabarcable, delimitó su territorio: los blogs de escritores, que ya llevan un tiempo en la web y que, por lo tanto, pueden ser examinados en sus variaciones y persistencias. […]
Algunos (como Juan Terranova o Daniel Link) comenzaron temprano y siguen interviniendo día a día; otros, como Sergio Chejfec, son medidos y severos. Hay blogs centrados sobre la recepción crítica de la propia obra; otros ensayan allí una escritura, que no es la de sus libros o sus notas. Algunos intentan ser plataformas de una carrera literaria en el mercado; otros se redactan según el modo rápido del digital que quiere ganarle en velocidad al periodismo, que parece más lento, después de haber sido el espejo del presente. Esta geografía de escrituras también incluye las ficciones especialmente escritas para el blog: “blogonovelas”, como las de Casciari, que lo son de manera confesa; o reciclado de ficciones que, después de un tratamiento más prolijo, pasan al formato impreso, aunque queden las huellas de su origen.
El mapa de Diego Vigna es seguro en el presente y, como los mapas de los exploradores, también irá cambiando. Se apoya en un fuerte impulso teórico, que garantiza su permanencia más allá del fluir de la web, porque sus análisis tienen la inteligencia de quien conoce la escritura antes de la escritura digital, y conoce la teoría antes de que la web fuera el último giro de esta larga historia de ficciones, inscripciones y signos.
[…] Bares vacíos tiene la virtud de ser entretenida al tomar giros inesperados cuando el narcotráfico aparece en escena, pero al mismo tiempo invita a la reflexión […]. En mi calidad de inmigrante me identifico con Manuel cuando de forma continua en las páginas de la novela a través del idioma común, el español, se reconoce como alguien que no pertenece, lo encontramos “traduciendo” modismos mexicanos al lenguaje coloquial argentino […]. Esta continua reflexión no es un juego gratuito, con frecuencia damos por sentado que el español nos une de forma automática como latinoamericanos cuando, como nos dice Jorge Volpi en su ensayo “El insomnio de Bolívar”, es poco lo que sabemos unos de otros.
Omar Villasana, en la edición digital de
Nagari, Revista de creación, Nº 5,
Miami, EE.UU., julio de 2013.