Por PJ Martín Cristal
El Poet-Jockey ataca de nuevo: hoy remixamos [*] a Joaquín O. Giannuzzi:
La poesía no nace. / Está allí, al alcance / de toda boca / como una realidad insoportable / para ser doblada, repetida, citada / total y textualmente. / No apriete el brazo, imponga / con un lenguaje frío / un código universal de referencia. / No agregue. No distorsione. / No conduzca, acompañe. / No cambie / la música de lugar. / Poesía / es lo que se está viendo. / Un lápiz, una caja / el frío interno de las manzanas, / el calor inestable del café / cosas cotidianas gastadas / frente a mi pesada osamenta intelectual.
Pero no estoy totalmente seguro de que la osamenta / no sufra sacudidas de vez en cuando / le silbaron balas a su costado soñador / y todo lo que yo no soy la acompaña / para escapar de estos tiempos difíciles y oscuros.
Mi cansada osamenta responde / con un espasmo emocional. Así que / disculpen su yacencia impolítica, la buena fe / de su triste indiferencia. Libre / de toda emoción continua / cuando ya se ha vuelto ajeno / a su propia importancia / y a la carga poética que ha impuesto a la escena / este cerrado dolor de cabeza / causado por la presión del mundo visible / reclama un significado. / La distancia entre el corazón y la cabeza / es la más larga entre todas las especies.

¿Cuál es la relación de esta escena con el otro orden? / Si este simulacro durara demasiado, recordaría / que una vez tuve un destino y hasta un entusiasmo / y que vivir es el único prestigio que cubre la tierra / y que la razón de estar vivo estaba en los otros.
Y bien, morimos. / Comprendo que hay un límite / cuyo paso en el tiempo / me está vedado / Mi tragedia es tan poco decisiva / —un síncope entre dos bostezos, / un cólico no resuelto en el vientre— / que si me comprara un revólver fracasaría. / El muerto no es capaz de su propia poesía; / jamás está a la altura de sí mismo.
Falta mucho para la nada, como si todavía / para que deambule como un muerto / que sabe que está muerto en un domingo infinito / hubiera que liberar un exceso de existencia / un ritmo puntual que desmintiera / mi humillada respiración detrás del vidrio, / el triste conocimiento de la pérdida.
Nadie contó estas verdades. / No hay sucesos pequeños. / Así, de simple y rico, / y tan fecundo hacia distintas direcciones / el menor movimiento de tu mano.
Sobre un mínimo vestigio de historia personal, / piedad y desprecio por mi mundo. Los lugares comunes / de la materia que me rodea. / Para mi fracaso de individuo contemporáneo / parece que la cultura consiste / en martirizar a fondo la materia y empujarla / a lo largo de un intestino implacable. / En la vejación, el mundo / perdía su nombre y sospechó / no más poemas después de eso.
[*] Versos de Joaquín O. Giannuzzi mezclados libremente por mí. Fueron tomados de los siguientes poemas: “Uvas rosadas”, “Y bien, morimos”, “Basuras al amanecer”, “Ensayo de lamento individual”, “Café y manzanas”, “Apuntes de época”, “Tarde de domingo”, “Instrucciones para ayudar a un ciego a cruzar la calle”, “Noticias”, “Poética”, “La dispersión”, “No más trabajo, abuelo”, “Testamento”, “La reducción”, “Juegos olímpicos”, “Sobre el muerto considerado como un creador impersonal”, “Cumpleaños”, “La gallina”, “La jirafa”, “Nicolás entra a escena”, “Oficio del esternón”, “Lo desconocido no está listo” y “La desaparición”.
Todos estos fragmentos se encuentran en la Antología poética de Joaquín O. Giannuzzi incluida en la colección Visor de Poesía, con selección del autor y prólogo de Osvaldo Picardo (Visor Libros, Madrid, 2006).
_______
Otros remixes: Nicanor Parra | Fabián Casas
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...